El panorama tomó un giro inusual. A pesar de tener cinco nuevos candidatos, la Fuerza del Pueblo se encontraba en una situación peculiar. Solo uno de ellos, importado dentro del terreno leonelista, era lo suficientemente conocido, pero no en ese nicho electoral específico.
El partido se vio obligado a elegir entre las opciones disponibles, aunque el candidato seleccionado presentaba un «tema» que generaba reacciones entre una militancia que, por sus orígenes, podría chocar con él.
Una vez señalado el candidato, comenzó una etapa inverosímil que desató el desastre que la propia organización aún no comprende completamente. La indisciplina y la traición han llevado al propio líder y a la marca partidaria casi al precipicio, y en la caída, no saben cómo reaccionar.
A pesar de que las encuestas indicaban que la simpatía estaba del lado del candidato morado, y a pesar de los obstáculos que enfrentaba, se esforzaron en argumentar que la alianza no era posible. Desde arriba, la indisciplina y el irrespeto hacia Leonel imperaron, y a pesar de que abajo la simpatía era por el candidato morado, algunos dirigentes de alto nivel se prestaron para negociar con el «contrario» (el morado), incluso se rumorea sobre acuerdos con el candidato del gobierno.
Parece que parte de la dirigencia de la Fuerza del Pueblo, seleccionada a dedo, actuó más como comerciantes que como líderes políticos. Ha llegado el momento de que se liquiden a sí mismos.
Surgen dudas sobre si el candidato a la Alcaldía estaba en el juego, con versiones que sugieren pactos con el gobierno, mientras otros creen que se mantuvo firme en su lealtad al «líder verde». Aquellos encargados de organizar la movilización del voto se vendieron al mejor postor, incluso algunos resultaron electos y subirán a los estrados en nombre de un partido al que casi llevan al precipicio.
La militancia fuercista en Santo Domingo Este se encuentra sin dirección. Los coordinadores y cargos relacionados con la organización y la movilización al voto deben renunciar en masa, permitiendo que el partido renueve sus dirigentes. Aunque la Fuerza del Pueblo es numerosa, una masa sin guía carece de rumbo.
¿Cómo pueden los dirigentes de la Fuerza del Pueblo en Santo Domingo Este prometer un buen desempeño con qué cara? Roma paga a los traidores, pero les desprecia. Queda claro que las bases no respetan a los dirigentes, que los candidatos a regidores optaron por «salvarse ellos» y abrir la puerta a los cantos de sirena morados. Hoy, la confianza mutua en esa masa militante está quebrada.
El partido cuenta con su estructura, pero actualmente se encuentra acéfalo. Hasta que los dirigentes aclaren todas estas «vainas», Leonel no tiene nada que buscar en Santo Domingo Este, ya que posee seguidores pero no hay nadie con la moral para organizar el concierto.